25 feb 2012

Mitos y leyendas sobre la esquizofrenia

La esquizofrenia forma parte de esas enfermedades que han sido ampliamente distorsionadas por la imaginación popular, ya sea desde un punto de vista romántico y vinculado a la genialidad o intentando marginalizarla como tantas otras enfermedades mentales. Sin pretender hacer una disertación amplia sobre esta dolencia, intentaré aclarar algunos conceptos muy extendidos entre la población general.

1. La imagen del esquizofrénico como una persona que ve cosas que no existen en la realidad.

La película Una mente maravillosa no es el mejor ejemplo para imaginarnos que le ocurre a un esquizofrénico. Si recordáis, el personaje de John Forbes Nash, interpretado por Russell Crowe,  tenía alucinaciones visuales, en concreto llegaba a imaginarse a su mejor amigo. Nada más lejos de la realidad, puesto que las alucinaciones visuales son bastante raras en los esquizofrénicos. De hecho, las alucinaciones visuales son más propias de los tumores cerebrales, de las intoxicaciones o abstinencia de drogas y alcohol.

Lo que sí es bastante frecuente durante los brotes de la enfermedad son las alucinaciones auditivas (voces que le dan órdenes, que les insultan o que repiten sus pensamientos). Además de esto, también solemos observar ideas delirantes (que son distorsiones del pensamiento, como las ideas de persecución), alteraciones del lenguaje (bloqueos o invención de palabras) y en algunas casos especiales hay catatonia, que consiste en una gran inmovilidad a veces en posturas imposibles, negándose a reaccionar ante cualquier orden o estímulo externo o repitiendo una y otra vez los mismos gestos o palabras. 

2. La esquizofrenia podría compararse a tener una doble personalidad.

No mezclemos las churras con las merinas. Cuando un esquizofrénico se encuentra en un brote no desarrolla otra personalidad ajena a su ser, sino que sufre los síntomas mencionados previamente. 

Si bien se ha relacionado popularmente la esquizofrenia con el personaje del Doctor Jekyll y Mr. Hyde, esta figura de la literatura es más bien un reflejo de un trastorno de identidad disociativa (o de personalidad múltiple), en que coexisten dos o más personalidades (cada una con su propia historia biográfica y su forma de ser particular) que no son conscientes la una de la otra, siendo la transición entre ambas personalidades muy repentina. Cabe mencionar que este trastorno está muy cuestionado en Europa, donde se pone en duda su veracidad.




3. Hay un vínculo claro entre genialidad y esquizofrenia.

Una idea muy romántica pero falsa, y bastante parecida al mito de que los autistas suelen tener un cociente intelectual (CI) elevado. La figura de John Forbes Nash vuelve a aparecer aquí dando una visión distorsionada en la película, puesto que Nash no había mostrado síntomas todavía cuando desarrolló su tesina doctoral, que fue el motivo por el que le dieron el Nobel. Desde que fue diagnosticado, ya no pudo continuar su carrera.

Desgraciadamente la esquizofrenia es una enfermedad crónica y deteriorante para el individuo. Se estima que en cada brote de la enfermedad el paciente pierde unos 5 puntos de su CI, de modo que, con sucesivos brotes sin tratamiento, el enfermo puede ir arrastrando cada vez más secuelas secundarias a los brotes. Por ello es tan importante conseguir que los pacientes se mediquen, más allá de para evitar el propio brote. 

4. La esquizofrenia es una enfermedad propia de la gente de baja clase social.

No hay ningún estudio que demuestre diferencias en la aparición de la enfermedad entre las distintas clases sociales. Claro que hay estadísticas que indican que hay más esquizofrenia entre los sin techo, por ejemplo. Pero antes de dar por válido este dato, hay que considerar que la esquizofrenia sin tratamiento es una enfermedad que invalida mucho a quien la sufre y que este es un motivo importante para perder el status social.

5. Los esquizofrénicos son un peligro para la sociedad por su temperamento violento.

Por último, pero quizás lo más importante, una persona afectada pero con la medicación correcta no va a ser ni más ni menos peligrosa que cualquier hijo de vecino, y de hecho, tienen más riesgo de ser víctimas de violencia por su condición que perpetradores de la misma.